Fragmento cubierta «Contra los hijos», Lina Meruane
Nuestra colaboradora Iliana Cervantes Llamas analiza el libro Contra los hijos (Tumbona, 2014 /Random House 2018), de Lina Meruane (Santiago de Chile, 1970), una potente diatriba-ensayo que pone en evidencia el denominado “imperio de los hijos”. Meruane, escritora chilena de origen palestino, se adelanta al boom en Occidente de Madres arrepentidas (2017) de la socióloga feminista israelí Orna Donath, cuya tesis se basa en que la procreación está controlada y dirigida por quienes tienen el poder: el Estado y las empresa privadas.
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«¿Y para cuándo los hijxs?», «debes tener hijxs, si no te vas a quedar sola», «una mujer que no es madre nunca será una mujer completa»…
Estas son algunas de las frases que Lina Meruane ha escrito en su libro Contra los hijos (2014) y que muchas mujeres han ido escuchando a lo largo de su vida.
Tumbona, 2014
La propia autora aclara que no es un ensayo contra los niñxs, tampoco es un libro contra las personas que deciden, que desean parir hijxs, tampoco contra quienes ya los tienen, en cambio, sí es un libro contra el mandato de parir hijxs por parte de la familia, de la sociedad, del Estado, solo porque así ha sido toda la vida, porque quién te va a cuidar cuando seas vieja o enfermes, porque vas a quedarte sola (como si no hubiera hijxs que abandonan a sus padres al llegar a la vejez), porque si no tienes hijxs vas a ser una mujer a medias, porque te puede dar cáncer si no amamantas a un bebé, un mito, este último, que Lina Meruane se encarga de destruir en el libro.
Como si los hombres, por ejemplo, no se vieran también afectados por el cáncer de mama, como si las mujeres jóvenes que por delante tienen años para reproducirse, si así lo quieren, no se vieran también afectadas por esta enfermedad.
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Contra los hijos nos dice: dejen a las mujeres, personas gestantes, decidir por sí mismxs si quieren tener hijxs o no, es una decisión individual, que solo depende de quien porta el cuerpo.
Lina Meruane hace una crítica a las presiones familiares, sociales y culturales a las que las mujeres se han visto sometidas a lo largo de la Historia. Hoy se les exige a las mujeres que trabajen, que cuiden de los hijxs, que sean buenas madres, que tengan la casa limpia, que se encarguen de todo, con poca o ninguna ayuda de la pareja, por ejemplo, desde la heterosexualidad, sin la ayuda del hombre, del padre, porque pobrecito, también llega cansado del trabajo, pero a él se le exime del cuidado de los hijxs porque él no lo hace tan bien o porque tiene muchas cosas pendientes en la cabeza, o porque es el hombre de la casa y pasa que a veces se convierte en otra especie de hijx.
Este libro puede ayudar a que las mujeres no se sientan culpables por no querer tener hijxs, porque es una decisión válida ante una realidad que parece ir de mal a peor: el cambio climático, las guerras, el neoliberalismo salvaje.
Es válido no desear ser madre, no hay algo llamado reloj biológico que indica que a tal edad debes tener hijxs, en todo caso, sería un reloj cultural o social. De nuevo la presión de los otrxs, no por parte de la biología o de la naturaleza.
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Lina Meruane
En el 2022 se llevó a cabo en Casa América Catalunya una lectura dramatizada de Esa cosa animal, texto de Lina Meruane que se desprende del libro Contra los hijos. En la obra-lectura, tres actores dieron cuerpo a las voces de tres hermanos que hablan durante una velada, una cena familiar que se extiende hasta la mañana siguiente a causa de que no pueden salir porque afuera están los milicos y tienen miedo a que los confundan con los guerrilleros y que los maten en las calles desoladas de Chile durante la dictadura de Pinochet.
La charla entre hermanos gira en torno a los hijxs, en torno a la madre, a su rol, a los sacrificios que tuvo que hacer para sacarlos adelante y cómo su padre no se interesó en formar parte de sus cuidados.
Todo el peso del hogar recaía en la madre, siempre trabajando, tanto dentro como fuera de casa, nunca tenía tiempo para sí misma, siempre entregada a las necesidades de los otrxs, el ideal de la mujer sacrificada, la que tuvo que dejar de hacer lo que le gustaba para que otrxs pudieran ir tras sus propios sueños.
Lina Meruane parece decirnos: no tengan hijxs, es una trampa, no caigan en el mandato social, resistan mujeres, no es un deber, es solo una opción más entre otras. Mejor tengan amores, viajes inesperados, muchos libros en casa, amigxs, un trabajo que de verdad les guste.
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La autora menciona también en el libro a Sor Juana Inés de la Cruz (1648-1695), la mujer que se encerró en un convento para no tener que cumplir con obligaciones domésticas.
Ella quería pensar, leer, escribir poemas, pero le tocó ser mujer en una época sumamente patriarcal, el conocimiento estaba vedado para las mujeres, ellas no podían pensar, no podían cuestionar lo establecido por los hombres blancos.
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Durante siglos se ha romantizado la maternidad, hoy se habla de personas gestantes, vivimos en una época en que no solo las mujeres pueden embarazarse, otras personas que no se identifican como mujeres, personas que han decidido salir del binomio hombre-mujer también desean tener hijxs y luchan cada día para que el Estado les reconozca ese derecho.
Quizá el deseo de tener hijxs tiene una fuerte correlación con el amor propio, cuando alguien decide tener hijxs porque serán como una copia suya, un mini yo, en el que pondrán todas sus ilusiones, sus frustraciones, todo aquello que desearon ser y no pudieron por una u otra razón, se heredan al hijx responsabilidades de las que tal vez no querrá hacerse cargo, de las cuales renegará al ir haciéndose mayor.
Meruane critica también la romantización del acto de amamantar. ¿Por qué se supone que es mejor dar teta que biberón? Algunxs defienden que para asegurar las defensas del bebé, que para crear un mayor vínculo entre persona gestante e hijx. A estas afirmaciones Lina Meruane les responde: «Lo único que los estudios serios han podido demostrar en décadas posteriores es que los anticuerpos presentes en la leche humana son los que protegen al niño de la indigestión. La restante inmunidad ya la recibió el feto directo de la placenta antes de asomar su cara al mundo».
Es decir, la leche materna ha sido sacralizada como el mejor alimento para los bebés recién nacidos. Pero no todas pueden o quieren amamantar. Hay quienes no quieren amamantar por causas estéticas, porque dicen que las tetas se les deformarán, de nuevo se asoma otra presión social, un ideal de belleza que recae sobre el cuerpo.
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Hoy día se ensalza la figura de la madre multitasking, la que hace de todo y nunca se cansa, la madre a la que apenas le rinde el tiempo, una supermadre, que siempre va de un lado a otro, de la casa al trabajo y del trabajo a la casa.
Hasta ahora el trabajo de ama de casa no se reconoce como un trabajo, se sigue responsabilizando a las madres, a las mujeres, de las tareas del hogar, un empleo por el que no cobra, en el que no se asegura una jubilación, un hogar que suele explotarla sin reconocer sus derechos como ser humano, como ciudadana activa de un Estado.
