Después de publicar un libro de poesía, Este es el momento exacto en que el tiempo empieza a correr (La isla de Siltolá, 2015) y algunos cuentos en diversas recopilaciones, Ana Llurba (Córdoba, Argentina, 1980) debuta en la novela con La puerta del cielo (Aristas Martínez, 2018). La autora nos cuenta los detalles de su libro, cuyo personaje principal (la joven Estrella) está embarazada y vive en un mundo femenino, sectario y con referentes bíblicos, pop y extraterrestres.
Acabas de presentar tu primera novela, La puerta del cielo. ¿Cómo fue el paso de la poesía al cuento? ¿Y del cuento a la novela?
No hubo realmente un paso, solo que una cosa se publicó antes que la otra, han ido siempre en paralelo, aunque ahora estoy en el mood de escribir narrativa, que también incluye algunos desafíos que están en el lenguaje poético.
Has comentado que tus poemas parten de una imagen que, posteriormente, intentas recomponer a través del lenguaje. ¿Ocurre lo mismo con la escritura narrativa?
En narrativa soy más de pensar en la historia, aunque la imagen también está presente como detonador.
En el caso de esta novela, la investigación previa me llevó a un libro maravilloso que se llama Historia del cielo sobre la representación cristiana del Paraíso.
El título de la novela hace referencia al lugar al que ansían llegar los personajes, lo que nos invita a interpretar el texto en clave religiosa. ¿Por qué te interesó crear un relato fantástico asociado a la religión?
Creo que no se puede cerrar el sentido de la novela a una sola cosa. Un amigo me dijo que le recordó un poco a El libro de la vida de Santa Teresa, pero en plan sádico.
La religión está sobre la mesa, pero en confluencia con otros elementos, como el imaginario pop asociado al cielo: el espacio exterior, las estrellas, el cosmos como el lugar de realización de alguna forma de trascendencia.
Esta religiosidad se ve reforzada con el ambiente asfixiante en el que están encerrados los personajes femeninos. Parece que estamos penetrando en una secta desconectada del mundo exterior y poblada por adolescentes. ¿Cuál ha sido el punto de partida para esta recreación?
Un día estaba paseando por el mercado de Les Encants y me encontré un libro que se llama Los extraterrestres en la Biblia. Como trabajo de investigación es malísimo, pero me fascinó su interpretación literal de los evangelios canónicos y también de varias escenas bíblicas, que fundamentan su tesis central acerca de los antiguos dioses alienígenas, que podrían haber visitado la Tierra hace milenios.
Además, venía leyendo y mirando documentales sobre sectas ufológicas, como los Raelianos, la Cienciología (que tiene origen en un plot de ciencia ficción de su creador Ron L. Hubbard, aunque “capten” a través del coaching y la autoayuda) o Heaven’s Gate, de quienes tomé prestado el nombre.
El libro se divide en siete grandes capítulos, los siete días que dura la acción, que recuerdan los siete días de la creación. ¿Es un intento de alimentar la creación de nuevas mitologías femeninas?
Creo que todos los relatos que conocemos, y que forman parte de nuestro imaginario colectivo, pueden volver a contarse, de otras maneras, aunque no fuera tan intencional en esta novela.
No quiero que mi escritura ilustre teorías, aunque sí que crezca junto a ellas.
La sexualidad está muy presenteen el libro (abusos, violaciones, prácticas sometidas, placeres masturbatorios, coitos lésbicos…). ¿En un ambiente poblado por adolescentes era un hecho ineludible? ¿O es una manera de dar visibilidad a la sexualidad femenina?
Supongo que ambas cosas. Me fascinan los personajes adolescentes, sobre todo, las chicas, que están explorando, con la sexualidad en total ebullición. Y por supuesto, también me interesa explorar cómo se manifiesta eso entre mujeres.
Y después de La puerta del cielo, ¿qué nuevos retos te has propuesto?
Tengo otro poemario dando vueltas por algunas editoriales, un libro de cuentos casi listo y un borrador de nueva novela que empecé a escribir el invierno pasado.