Propos et confidences (‘Palabras y confidencias‘) fue un programa emitido en la televisión canadiense (Radio-Canada) entre 1970 y 1991. Su propósito fue facilitar un espacio donde una persona pública pudiera contar su vida y narrar su trayectoria en primera persona. Estos encuentros fueron realizados por Jean Faucher, también conocido en Quebec por sus adaptaciones teatrales para la televisión en el programa Les beaux dimanches (‘Los hermosos domingos‘), en antena entre 1966 y 2004.
En el marco de Propos et confidences, el 3 de abril de 1983, se emitió el primer encuentro con la novelista y ensayista Marguerite Yourcenar (1903-1987) bajo el título de Le paradoxe de l’écrivain (‘La paradoja del escritor‘).
El año 1983 es una fecha significativa en la producción de Marguerite Yourcenar, pues no solo corresponde a la fecha de emisión de esta entrevista, sino que coincide con la publicación del ensayo El tiempo, gran escultor. Tanto la entrevista como este ensayo coinciden no solo en poner de manifiesto el interés por la tradición clásica y, de manera más extensa por el pasado de diferentes culturas, sino también en el principio básico al que apela Yourcenar a la hora de escribir: la atención.
Si El tiempo, gran escultor se centra en la mirada de Yourcenar sobre distintos objetos, distintas realidades, en La paradoja del escritor, la autora parte de la filosofía Tao y de textos tántricos para demostrar la importancia de esta mirada para cualquier escritor, convertido en descriptor de la realidad y del movimiento vital que lo envuelve.
No se trata de concebir, en la línea del pensamiento de la crítica biográfica de Sainte-Beuve, la creación literaria como un espejo de la vida del autor, sino de nutrirse de la vida, de los sentimientos, de las percepciones para (re)crear historias ajenas, comprensibles y aprehensibles para el lector.
En este aspecto, se vuelven sumamente esclarecedores los ejemplos que durante la entrevista ella misma relata a propósito de sus obras Memorias de Adriano (1951) y Opus nigrum (1968), las cuales parten de situaciones similares para desembocar en reflexiones y desenlaces totalmente distintos, debido, en gran medida, al entusiasmo por el fin de la Segunda Guerra Mundial y al posterior desencanto con el Telón de Acero, respectivamente.
La atención es solo el primer eslabón en el discurso de Yourcenar, pero otras cuestiones se revelan muy significativas para percibir la condición única e inimitable de los grandes escritores.
Con todo, lo mejor es que cada uno acompañe a Faucher y Yourcenar en este paseo por la literatura, el arte y la escritura que ambos nos proponen Propos et confidences.