Más allá de la reseña: cuando la actualidad literaria llega tarde


El periodista no tiene otra opción que escribir desde una actualidad, que por supuesto es la suya. Pero su interpretación no tiene por qué ser más coherente que lo que se haya podido ofrecer en el pasado. El presente (o nuestra sensación de él) se ha vuelto más errante de lo que queremos reconocer; se entrega a una cantidad absurda de distracciones inconexas y la triste verdad es que se nos da muy bien la imitación. Es más, con sólo fijarse en la producción literaria, uno puede ver la manera en que la actualidad y la distracción conforman un arma de doble filo.

En cuanto a la columna o la reseña, hoy son colaboradores asiduos Marías, Millás, Guelbenzu, Muñoz Molina, igual que como sus antecesores. Nunca sabremos el grado de entusiasmo que dedican a estas tareas, por mucho que los autores digan una cosa u otra. Los suplementos siguen despertando interés con la variedad de sus reportajes y hay que dar mil veces las gracias cuando un periódico opta por una sección titulada “cultura” y no “entretenimiento” o “espectáculos”. Aún así, incomoda situar la literatura dentro de un límite temporal, sobre todo cuando un programa editorial imita una cartelera de cine o una lista de reproducción, dando poco margen para asimilar su supuesta novedad. ¿Qué hay de actualidad en una reseña sobre un libro que ya no está disponible en librerías? Es el fenómeno del destiempo que curiosamente ya es lo habitual.

Llegan las reseñas a tiempo y las publicaciones también, pero ¿cómo precisar el momento de la lectura propicia de un libro o siquiera garantizarla? Si hay suerte y alguien lo lee, el tiempo que puede tardar es indefinido. Nadie puede dictar el momento y la duración de una determinada lectura. ¿Cómo comparar un poemario inédito de un poeta de la generación del 27 con el último escritor revelación al que le acaban de traducir en cinco países antes que en España? Ambos son novedades pero la lectura no tiene fecha en ninguno de los dos casos.

Lo inmediato es leer la prensa o conectarse a la red aunque lo más interesante y novedoso nos espera en la estantería en formas que van más allá de las manifestaciones más habituales de periodismo literario. Por dar un ejemplo: La gallina ciega. Es el diario de Max Aub escrito en 1969 a la luz de su primera visita a España en treinta años tras su exilio a México. Con el mismo fervor de un documentalista, va apuntando todas sus impresiones de una cultura en declive y una sociedad cada vez más conformista sobre todo con el turismo recién nacido. Reproduce las conversaciones casi a pie de la letra sin tener que dar nombres a su interlocutor y pormenoriza su frustración con su entorno sin tapar la contradicción o el rencor. Con un estilo preciso y una riqueza de expresión muy llamativa, nos recuerda la tarea fundamental de dar testimonio en momentos difíciles, aunque sólo te publiquen en México y no haya ninguna certeza de que te lean en España. (Otro ejemplo inusitado del testimonio, aunque del pasado que es su presente, es Memoria de la Melancolía de María Teresa León).

Un género que también está al servicio de la actualidad puede ser la antología. Esquivando su frecuente marginación, uno ve que logra forjar un compromiso sin concesiones con los momentos que han tenido el privilegio de haber vivido. Cada año, Aleksandar Hemon, escritor de Sarajevo afincado en Chicago, investiga de nuevo los acontecimientos literarios de países y regiones europeos para luego seleccionar la obra que, según sus juicios, más apremia la lectura y la recopila en Best European Fiction. Hemon, en una entrevista, cuenta que esta antología ha servido a editores europeos a la hora de contratar nuevos títulos: “it has opened doors to European literature wherever it’s landed, including Europe itself”.

De manera muy parecida viaja por nuevos caminos y derriba fronteras la antología Mil bosques en una bellota (2012), fruto de la visión y labor de la editora Valerie Miles. Norteamericana pero que lleva más de veinte años en España, también ha trabajado como periodista. Inspirada en Ralph Waldo Emerson y en los versos de Francisco de Quevedo, Miles se embarcó en una aventura única de redescubrir las voces imprescindibles de la narrativa española e hispanoamericana, captándolas en plena madurez. Lo novedoso: cada autor selecciona sus páginas predilectas. Además de la enorme curiosidad por ver qué eligen, también nos sobrecoge el impulso de ver cómo responden a las interesantísimas preguntas en la entrevista que acompaña a sus fragmentos. Entre los veintiocho participantes se encuentran Javier Marías, Ana María Matute, Mario Vargas Llosa, Rafael Sánchez Ferlosio, Ricardo Piglia, otros como Cristina Fernández Cubas, Aurora Venturini, Evelio Rosero, y dos autores que fallecieron poco después: Carlos Fuentes y Esther Tusquets. La antología estuvo en la posición número dos en la lista de los quince libros del año en la publicación mexicana Milenio y puede que muy pronto lleguen las traducciones. Puertas abre y abrirá.

Un poco como sucede con la obra de Javier Cercas, leer una novela de Juan Gabriel Vázquez abre otra caja de sorpresas. Para el autor, mezclar géneros no es un capricho y abordar la historia reciente no resulta nada forzado o militante. Antonio Yammara, el protagonista de El ruido de las cosas al caer (2011), tarda en orientarse con la necesidad de realmente aprehender el entorno en que nació y creció; el narcotráfico y la violencia dejan de ser lugares comunes para convertirse en la pura vivencia.

Como la ficción, el periodismo literario también sabe disfrazarse y, a su vez, no se encuentra únicamente en los periódicos o en internet. La primera impresión, que tan de moda está, peca de ambición, de querer dar en el clavo al azar, pero cada vez hace falta más tiempo y el espacio propicio para adentrarse en ella. Tal como algunos ejemplos ilustran, el diario como la antología o la novela son más actuales cuanto más creativo es su compromiso con su tiempo. Lo mejor de todo es que estos libros saben esperar al lector. La actualidad, sobre todo la literaria, desconoce la hora y punto del destino. Llega tarde. ¿Por qué entonces fingir lo contrario?
 

Sobre el autor
(Toronto, 1985) Licenciada en Filología Hispánica y con un máster en Teoría Literaria y Literatura Comparada, lleva varios años como traductora y profesora de idiomas, y desde 2011 trabaja en el sector editorial como colaboradora interna. Escribe poesía y relatos, algunos que han visto la luz en las revistas IguazúBarcelona Ink.
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